Ella
Aguerrida en combate
Imbatible
La gran Diana de los efesios, venerada por su fuerza y por la
hermosura de su espalda moldeada por su arco y flechas compañero fieles
Ella
,se dejó llevar por un momento de
pasión,
por el
placer de la piel necesitada de calor
en
un momento tan engañoso como efímero
Tan
efímero como la volatilidad de una brizna de madera en cualquier fogata
y habló por ella solo su cuerpo semidesnudo
y habló por ella solo su cuerpo semidesnudo
Porque
su mente confundida estuvo siempre muy
lejos de allí
En
un lugar entre el pasado continuo, el
preservativo imperfecto
y
el futuro culposo.
la atraparon y la ataron con ternura y con pasión
En
el momento menos esperado decayeron sus fuerzas
y
el bloqueo en su mente cedió intempestivamente
Las
caricias en su espalda consiguieron lo que miles de palabras No
y
el deseo irreflexivo tuvo su momento de gloria
Dejó
descubierto su pecho indefenso y su
cuello a merced del lobo,
aquel
que la deseó por siempre
quien
soñó por mucho tiempo con aquel momento
por
fin la tenía allí, indefensa, a su merced
Y
se dispuso a devorarla toda
No
iba a dejar de ella ni los huesos
Iba
a comérsela con locura infinita
Iba a extasiarse con la plenitud de sus
resquicios
Iba
a respirar lentamente para saborearla como un postre que no quieres acabar
Iba
a hacerla gritar de pasión como nunca lo
había hecho nadie
Iba a
hacer que ella le rogara por conocerla muchas veces
Iba
a quemarla como a puro hecho en
Cuba
Iba
a esculpirla contra su pecho
para
que quedara sobre él como un tatuaje entre su
corazón y su piel
Como
un grabado en bajorrelieve que recorres con la punta de los dedos
Iba
a bebérsela como un vino fino
Sorbo
a sorbo, beso a beso
Con
los ojos cerrados por horas
Pero
aquella bestia enorme
al
ver tal indefensa presa
como
una liebre ante un oso siberiano
se
apiadó de sus quejidos como los de
cervatillo atrapado por trampa de
hierro
Todo
su cuerpo se detuvo en seco
las
campanas lejanas de una iglesia paralizaron sus garras y sus fauces
¿Podría
caber justicia en tal concierto de eventos imprevistos?
¿Eventos
imprevistos o libreto del destino?
De
cualquier manera el final de aquel capitulo
No
fue de telenovela venezolana
Sino
el de sueños húmedos pueriles
Una
puerilidad absurda y pasajera
puerilidad
que ella procuraría expiar
y
el inmortalizaría en su memoria
La liebre aprovechó tan estúpido descuido
y se escabulló tras las cortinas
lentamente.
Y la bestia obtuvo su castigo
Mordiscos de mil perros como saetas puntiagudas
perforan su piel que nunca sana
Sangra incontenible cada noche
Pero al igual que el hígado de Prometeo
Se regenera cada mañana
[i] “Diana era grave, severa, cruel e incluso vengativa. Era alabada
en la poesía por
su fuerza, gracia atlética, belleza y habilidades en la caza.
Siendo testigo de los dolores del parto de su madre, concibió tal aversión
hacia el matrimonio que pidió y obtuvo de su padre la gracia
de guardar perpetua virginidad, como su hermana Minerva.
Se enamoró, aunque sólo platónicamente, del pastor Endimión, a quien
besaba cuando dormía tan suavemente que no se despertaba.” En
la mitología romana, Diana era la diosa virgen de la caza, protectora de la naturaleza y la Luna.
Diana fue originalmente una diosa de la caza, relacionada con los animales y las tierras salvajes. Más tarde pasó a ser una diosa de
la luna,
suplantando a Luna y siendo también un emblema de la castidad. Los robledos le estaban especialmente consagrados.. Su diosa griega equivalente en la
literatura es Artemisa.
[ii] Artemis,
consagrada a la castidad, estaba bañándose desnuda en los bosques cercanos a la
ciudad beocia de Orcómeno,
cuando Acteón la encontró casualmente. Se detuvo y se quedó mirándola,
fascinado por su belleza enajenante. Como castigo, Artemis lo transformó en un
ciervo por la profanación de ver su desnudez y sus virginales misterios, y
envió a los propios sabuesos de Acteón, cincuenta, a que lo mataran. Estos lo
hicieron pedazos y devoraron sus carnes, para después buscar a su amo por el
bosque, sollozando. Entonces, encontraron al centauro Quirón, quien, para consolarlos,
construyó una estatua de su difunto dueño. Según cuenta Ovidio en Las metamorfosis (libro III,
151-252), la diosa estaba acompañada de su séquito de ninfas. En otra versión de la leyenda, Acteón alardeó de ser mejor
cazador que Artemisa, por lo que ésta lo transformó en un venado que fue
devorado por sus propios perros de caza. "El color que suelen tener las
nubes cuando las hiere el sol de frente, o la aurora arrebolada, es el que
tenía Diana al sentirse vista sin ropa. Aunque a su alrededor se apiñaba la
multitud de sus compañeras, todavía se apartó ella a un lado, volvió atrás la
cabeza, y como hubiera querido tener a mano sus flechas, echó mano a lo que
tenía, el agua, regó con ella el rostro del hombre, y derramando sobre sus
cabellos el líquido vengador, pronunció además estas palabras que anunciaban la
inminente catástrofe: Ahora te está permitido contar que me has visto
desnuda, si es que puedes contarlo", Las metamorfosis,
Ovidio.
En su obra El ser y la nada, Jean Paul Sartre establece lo que
llama complejo de Acteón, que define como el orden fisiológico y
psicosexual (la mirada curiosa y lasciva) cuya sublimación desencadena el
estímulo de toda búsqueda. En este sentido, advierte que el investigador es el
cazador que sorprende una desnudez pasiva y la viola con su mirada. Así, el
conjunto de estas imágenes revela la idea de la caza como símbolo de
apropiación, así como el deseo sexual mismo, quizá más primitivo todavía, pues
se caza para comer, para poseer. La curiosidad, en el animal, es siempre sexual
o alimentaria. La curiosidad por necesidad lleva al conocimiento. Conocer es
comer con los ojos.El escritor polaco nacionalizado en Francia, Pierre Klossowski publicó en 1956 una breve
novela llamada El baño de Diana, en la que reflexiona sobre la
leyenda.
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