Yo la besé
Yo la besé y ella me besó sin siquiera
saber mi nombre
¿Para qué?
¿Para qué los nombres si es más que suficiente
mirarse a los ojos hasta distinguir con claridad el color de las pupilas, Si
sobran las palabras cuando la pasión sapiosexual se desborda por la comisura de
los labios?
¿Para qué los nombres cuando el cuerpo habla
incesantemente y la carnosidad de las palabras te abrigan el alma?
Yo tampoco supe nunca su nombre. ¿Para qué?
¿Para qué los nombres cuando llegan a ti los
hados de Eros y Venus?
¿Para qué los nombres cuando a ojos cerrados
sabes que la pasión ordena y es reina absoluta del momento?
¿Para qué las palabras que se las lleva el
viento cuando la sangre embulle entre las venas tanto que se ve saltar bajo la
piel?
¿Para qué palabras cando el efluvio del ser
completo domina la mente y todos los sentidos?
Yo la besé sin tocarla, ¿Para qué?