No se me quitan del cuerpo 
estas ganas de besarte
por más
que mojo esas ganas en el café de la mañana 
y  en los abrazos de la noche 
La cercanía cotidiana ya habría sido suficiente 
Para extinguir aquella llama incipiente 
que nace de fantasías  pueriles 
Pero  aún
se  me estremece la piel cuando cierro los ojos y
te veo
Te veo  en
las  madrugadas frías 
anhelando tan solo un beso  
Estas ganas de besar tus labios
tu cuello
tu pecho
tu espalda 
al vaivén de una hamaca grande  y la  tibia
pasión de tu cadera 
Asir tu talle 
Y levantarte
en vilo 
Mirándote
a los ojos y degustando tu sonrisa de Mona Lisa renacentista 
Amo tu caminar decidido y ver tu ceño fruncido
de tanto en tanto 
alternado por el esplendor de tu rostro cuando
se iluminan tus ojos por los sueños de un mejor mañana 
No se me quitan las ganas de besarte 
No se me quitan carajo...